viernes, 22 de noviembre de 2013

CAPÍTULO VI


   
    




21/10/2006




Quiero resumir en pocas palabras el resultado y las consecuencias de aquella operación, aún después de tres años me sigue haciendo daño recordar todo aquello

Después de una intervención de casi tres horas, el resultado fue que una hospitalización que en principio iba a ser de cinco días, se convirtieron en casi 50. Los cables, vías y drenajes duraron unos cuarenta, a lo que hay que añadir la visita en el mismo hospital de un psiquiatra para ayudarme a sobrellevar lo que me había ocurrido, dos transfusiones y una convalecencia fuera del hospital de otros dos meses en los que tuve que operarme de otra complicación esta vez derivada de la 2ª intervención y mi primer "gran brote" de fibromialgia.


Sé que comenzó cuando noté que los pies se me hinchaban y me dolían hasta el punto de que apenas los podía dejar caer en el suelo, iba agarrándome a los muebles o me tenían que ayudar para trasladarme de la cama al sofá o viceversa, el pelo se empezó a caer e incluso en algunas zonas se me podía ver el cuero cabelludo. Imposible asearme yo sola, tenía que hacerlo sentada y además tenía limitado el movimiento de los brazos. La espalda me dolía cualquiera que fuese la postura que decidiera tomar: tumbada, sentada, encogida. Las cosas se me caían de las manos, y lo peor, creía que tenía alzheimer, todo se me olvidaba, las cosas más importantes se borraban de mi mente, si unimos todo esto a la depresión post-traumática que traía del hospital y a la lenta recuperación de todo lo anterior, llegó un momento en que me encontré, como diría..., "fuera de juego". Yo creía que todo lo que me estaba ocurriendo nunca iba a acabar, pasaron 6 meses desde mi ingreso en el hospital hasta que pude salir a la calle.


Aún recuerdo cómo me hacía daño la luz del sol, tuve que ponerme gafas de sol durante el día hasta que oscurecía o me veía protegida por la sombra. Gracias a Dios el tratamiento para la caída del cabello hizo efecto, no quería que nadie me viese así, siempre había presumido de un pelo abundante y bonito, la nueva situación me acomplejó.
A medida que iban pasando los meses, el "gran brote", fue haciéndose más pequeño, para entonces ya me habían diagnosticado la fibro y comencé a ir a la Asociación, ese cambio fue crucial. Aquellas personas salvaron mi salud mental, hasta ese momento había estado al borde del colapso nervioso, tantas cosas en tan poco tiempo habían ido minando incluso mi carácter.


Ahora puedo decir que aquella persona que un día entró en el hospital, no volvió a salir. Había nacido de nuevo, iba a aprovechar todas las oportunidades que la vida me fuera dando para hacer todo aquello que pudiera llenar mi vida y por consecuencia la de los que estuvieran a mi lado apoyándome.

CONTINUARÁ:
(Imagen descargada de internet)




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