viernes, 23 de junio de 2017

CAPÍTULO XXIII



“ESTOY EMOCIONADA”




Estoy pasando un buen momento emocional, uno de los sueños de mi vida se está cumpliendo gracias a vosotros que me leéis.

En Mayo publiqué mi primer libro, al que he llamado “Despertando a mi nueva vida”, igual que el blog. Este libro es como un lazo de unión entre el blog y vosotros. Sabéis los que lo leéis que pongo el alma y los cinco sentidos en ello y que mi único propósito es que nos ayudemos entre todos y mi forma de cumplir con mi parte, es ésta.
He leído que algunas personas piensan que me estoy aprovechando de la enfermedad para vender mi libro, y no es así. Con la primera edición pagaré los costes de la auto publicación, y si se vende una segunda edición parte será para los gastos y otra parte para financiar las terapias de aquellas personas de la Asociación de Fibromialgia de Jerez (AFIJE), que a pesar de ser económicas, no pueden pagarlas.

Para que mi proyecto se lleve a cabo, los libros tienen que venderse, hay personas que se llevarían una gran sorpresa al ver que podrán hacer terapia, y podríais ayudarme a conseguirlo comprándolos o difundiéndolo.
Pueden solicitarlo a través del correo: loslibrosdecarmen2003@outlook.es o difundirlo por Facebook desde mi página: http://www.facebook.es/loslibrosdecarmen

Todo esto es nuevo para mí, primero fue la Feria del Libro de Sevilla, donde me sentí extraña, pero bien, ya que nunca había estado tan expuesta al público en general. Luego, la Feria del Libro en Jerez, dónde además de firmar ejemplares en el stand de una de las librerías expositoras, lo presenté al público en un acto muy emotivo ya que estuvieron presentes todas las personas que esperaba que acudieran. Está claro que se notaron ausencias, unos porque no pudieron y otros porque quizás no estaban tan interesados. Me dio igual, firmé muchos libros, la gente me daba su apoyo, me deseaban suerte en ésta andadura y sobre todo me dieron las gracias porque a algunas personas les mostré el gran lado oculto de la enfermedad, y a otras, enfermas, les dí esperanzas para llevar una mejor calidad de vida.

Fue un día inolvidable y se quedará para siempre entre mis recuerdos  más importantes.



CAPÍTULO XXII




“CUIDADO CON LAS CAIDAS”




Hace unos días resbalé y me caí haciéndome daño de nuevo en las rodillas. La izquierda la tengo ya muy hinchada, pero los médicos no me hacen mucho caso, se limitan al diagnóstico de artrosis. Volvemos a lo mismo de siempre, a la desidia de hacer pruebas diagnósticas a los pacientes quedándose en un simple examen visual o manual y a partir de ahí ya conocen el resultado.

Todo viene desde hace dieciocho años, me resbalé también. En un principio no le di importancia aunque me dolía horrores y hasta pasado unos cinco días, viendo que seguía con la rodilla hinchada y el dolor continuaba, fui al traumatólogo. Me envió a hacerme una radiografía, tras verla, dijo que sólo era una contusión y me recetó analgésicos y antiinflamatorios (entonces aún podía tomarlos). Dieciséis años después, luchando porque me hicieran alguna prueba que realmente mostrara el motivo por el que la rodilla no sólo no mejoraba, sino que iba a peor, me hicieron una ecografía. Le pregunté al especialista y ¿qué me dijo que era? os lo diré, artrosis, y que era debido a mi peso. Le contesté que el sobrepeso vino después del problema de rodilla, y que aunque la inflamación era menor entónces, no era mucha la diferencia.
¿Saben qué?, sigo sin saber lo que me pasa.

Como os dije, hace unos días volví a caerme y como siempre de rodillas. Estaba en Castellón y fui a una doctora que tenía el hotel y que me dijo que lo que veía parecía ser algo más que una artrosis. La inflamación no está sobre el hueso, sino justo debajo y a la derecha en la pierna izquierda. Después fui a la fisioterapeuta para que me masajeara un poco mi dolorida rodilla y así aliviarme, y confirmó el dictamen de la doctora, además notaba nudos bajo la inflamación.

Así que voy a pedir cita a mi doctora de cabecera y le contaré lo que me dijeron, a ver cuál es su salida. Ya os contaré.


viernes, 16 de junio de 2017

CAPÍTULO XXI



  "LA FIBROMIALGIA NO VIENE SOLA"


Como es ya normal entre los enfermos de fibromialgia, es frecuente padecer intolerancias y nuevas alergias que aparecen cuando menos nos lo esperamos.
Esas intolerancias pueden ser al gluten, bastante fastidiosa como saben los que la padecen, que me hace ir al baño en cuanto como algo que pueda contenerlo; a los productos procesados químicamente como el maquillaje, cremas corporales; a los olores también derivados de productos que lleven alcohol como las colonias y perfumes o a los artículos de limpieza como la lejía, insecticidas, ambientadores, etc.
Con los maquillajes o cremas faciales, suelen aparecerme rojeces o eccemas por dermatitis atópica; los olores me producen náuseas y vómitos, sobre todo con los productos de limpieza y la mezcla de olores en sitios cerrados  y concurridos.

Es desesperante no poder subirme ni a un autobús, ya sean de trayectos largos o cortos por los olores y por la permanencia durante varias horas en la misma postura. En un coche es un poco más fácil, siempre que vaya en el asiento del copiloto, porque me permite dirigir el aire hacia la cara, o parar de vez en cuando para estirar las piernas o cambiar de postura. Y cuando soy yo la que conduce, también debo abrir el climatizador para amortiguar lo más posible los olores típicos del interior del vehículo. Más de una vez he ido al hipermercado y he tenido que dejar la compra y salirme a la calle por las náuseas que empezaba a sufrir, llegando incluso al vómito.

A veces no nos paramos a pensar y caemos en el error de quedarnos encerrados en casa, ya que todos los traslados que no sean a pie nos provocan además la angustia de saber lo que ocurrirá luego. Es posible que alguna que otra vez vayamos predispuestos con lo que nos va a suceder, pero las primeras veces no tuvimos esa predisposición y ocurrió todo lo que cuento.