jueves, 28 de noviembre de 2013

CAPÍTULO XXI



23/10/2008



El tiempo ha pasado de una forma impresionante. El capítulo XX ya está bastante lejos, ¡pero si supierais qué cerca está!, parece una paradoja un poco tonta, pero es así.

Os hablaba de la balanza que tengo siempre delante para cuando mis temores y negatividades quieren salir. Es muy útil llevarla siempre encima y cada vez que algo te asuste, o quiera hacerte flojear, sacas todo lo conseguido hasta ahora y lo colocas en un lado; en el otro lo que quieres dejar para siempre, así sabrás al momento lo que te merece la pena y lo que no.

En el mes de Julio, una amiga en el dolor y al mismo tiempo compañera de universidad en el Club de Letras, falleció repentinamente.
No era una mujer joven, ya estaba en la madurez de su vida, pero aún así su muerte ha causado un profundo dolor a su familia y a nosotros, sus amigos.
Se llamaba Teresa, vivió para las dos cosas que más adoraba: su familia y la Literatura.

Anoche le hicimos un homenaje en la radio, y fue una de las ocasiones en las que más emoción he sentido. También tenía Fibromialgia.
A continuación os muestro una prueba de la poesía que ella escribía, y que tantas alegrías le proporcionó, pertenece a su cuaderno de poemas titulado:

“CANTOS DE VIOLETA”:

LA NIEVE ROZA MI FRENTE, COSTÓ MUCHO ENVEJECER,

PERO MIS OIDOS ESCUCHAN.

EN EL SILENCIO LA PALABRA VA CONMIGO,

SE VA HACIENDO, FLUYE POR DENTRO;

EN EL CORAZÓN LA SIENTO.

CADA VERSO UN SUSPIRO.

CADA PALABRA, UNA LÁGRIMA.

EN CADA LETRA, SANGRE DE ORILLA.

Y EN EL RIGOR DE LAS TORRENTERAS,

LA TRANSPARENCIA DEL POEMA.

(TERESA CHACÓN NÚÑEZ)


Y ahora, unas palabras que escribí para ella y que leí en la radio:


TERESA, AMIGA

Todavía resuena su voz en mi cabeza recitando su último poema, es con lo que la mayoría de sus amigos nos quedamos, además de su generosidad y su bondad.

Tenía que ser una artista de la palabra porque Dios lo quiso así, estoy segura de que más de una vez la música de sus versos arrulló y durmió a sus queridos nietos.

Toda ella contenía, como si su cuerpo y su mente fueran un caja de tesoros, música, pasión, dulzura, experiencia, luz y sombra, castillos y hadas, rosas y espinas, amor y odio, y cuando todo esto ya no le cabía en el alma, cogía unas hojas en blanco y escribía en ellas hasta que le volvía quedar hueco en el corazón.

Así fue creando su obra tardía, porque cuando se quedó a solas con el príncipe en su castillo era cuando había empezado a crear sueños a partir de la palabra, antes tenía que dedicar su vida a otras cosas más importantes que ella misma, a sus hijos, a su marido y a sus nietos, y hasta que consiguió que el rumbo de todos ellos se dirigiera a hacia sus propios destinos, no cejó. Ni el dolor, ni el cansancio la doblegaron, fue una traición de la vida lo único que la hizo parar.

Hasta siempre querida amiga, compañera en el camino de hacer hablar el alma y compañera en el camino de hacer callar al dolor.

CONTINUARÁ...
(Imágenes descargadas de Internet)

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