jueves, 12 de diciembre de 2013

CAPÍTULO XXXIV



15/08/2010




El otro día estuve de bajón. Es una palabra que solemos utilizar bastante las personas que padecemos enfermedades crónicas, y concretamente de ésta maldita compañera eterna que es la fibromialgia cuando nos sentimos más cansados o decaídos de lo normal. Por cierto, he decidido dejar de escribirla en mayúsculas, antes cuando hablaba de ella, hablaba con respeto, ya no, ahora estoy intentando que sea ella la que me respete a mi.

Creo que esas dichosas caídas de fuerza y ánimo, vienen porque intenta dominarme, someterme, y al sentirme acosada por ella e impotente para deshacerme de su compañía, me rindo y la dejo hacer.

Así que he pensado que si le pierdo ese respeto, miedo, fobia, o como queramos llamarle, cuando se sienta algo ignorada (sé que me resultará muy difícil conseguirlo), la que se rendirá será ella. Por lo pronto, la estoy utilizando a mi servicio. Cuando se ceba conmigo y los dolores me obligan a sentarme y a quedarme ociosa, mientras los analgésicos hacen su efecto (al menos durante un par de horas), aprovecho para escribir y leer que tanto me apasiona, para hacer mis bisuterías, y todo aquello que antes no podía, porque los dolores eran menos fuertes y no tenía excusa para robarle tiempo al tiempo para mí.


Mientras los investigadores no encuentren algo que nos haga descansar por primera vez, y consigan que al menos podamos recordar lo que significa pasar un día sin dolor o dormir una noche completa y amanecer descansada, mi único afán será aprovecharme de ella, antes de que ella consiga mi rendición total.

CONTINUARÁ...
(Imágenes descargadas de Internet)

No hay comentarios:

Publicar un comentario