viernes, 6 de diciembre de 2013

CAPÍTULO XXVIII




16/02/2010


                                                                    
He tardado en plasmar de nuevo, mis últimos sentimientos y sensaciones en éste blog, pero también han pasado muchas cosas.

He vivido momentos de verdadera alegría o de completa tristeza, he sido feliz en unos momentos y desdichada en otros. Pero claro vosotros diréis que igual que todo el mundo, y sobre todo entre nosotros, las personas con fibromialgia, que tenemos tan a flor de piel los sentimientos, y así es, igual que todo el mundo, a excepción de los detalles.

Me han sucedido tantas cosas distintas que he conseguido darme cuenta de que la monotonía no existe, que por muy desapercibido que pase, siempre ocurre algo que rompe la rutina. Y que para conseguir esos cambios en el día a día debemos observar lo que nos rodea, la gente, las casas, lo que sucede en el supermercado, en la parada de autobús o en el metro, esa curiosidad por una parte de nuestras vidas a la que nunca damos importancia, que dejamos pasar como si del viento se tratase, es la que sin darnos cuenta va provocando cambios que si los observáramos nos daría una vida más completa y sustancial.

A medida que andamos por la vida y avanzamos, vamos dejando un hueco que se va llenando con otras partículas, sustancias o como queramos llamarle que van ocupando el lugar de las nuestras, por lo tanto los cambios se van sucediendo sin que los notemos, sin que tengamos la sensación de que las cosas cambian a nuestro alrededor.
También he aprendido como la misma experiencia con resultado de dolor, pena, alegría o placer, incluso en experiencias compartidas, nunca se recibe o se da en la misma medida.

Hace poco murió un familiar y después de escuchar la opinión coincidente que tenían de él dos personas distintas, pero con el mismo grado de parentesco, observé como una de ellas expresaba más abiertamente su dolor por el fallecimiento de ése familiar que la otra. Cómo a veces vemos, en la misma televisión, que un mismo premio en la lotería provoca también reacciones distintas, una persona puede gritar, dar botes de alegría, mientras otra simplemente decir: ¡qué bien!

¿Qué tiene que ver todo esto con la Fibromialgia?, quizás nada, pero sí conmigo, con los cambios que están surgiendo en ésta mi nueva vida después del diagnóstico.
Pienso más en la gente, en mis actitudes hacia ellos y en las suyas hacia mí, me he vuelto mucho más observadora, mi mente vuela más libre que antes, y cosa curiosa, siento con más intensidad las penas y las alegrías de los demás.

Tengo un profesor en el arte de escribir y de leer que tiene una máxima, y que nos ha contagiado a sus alumnos y dice así:

LA VIDA EMPIEZA HOY, TENEMOS TODA LA VIDA POR DELANTE Y LO MEJOR DE LA VIDA NOS QUEDA POR VIVIR” (J. Antonio Hernández Guerrero).


Y con eso me quedo, y me gustaría que ustedes hicieran lo mismo.

SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO DE VIVIR “NUESTRA PROPIA VIDA”.




CONTINUARÁ...
(Imágenes descargadas de Internet)
















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