domingo, 30 de abril de 2017

CAPÍTULO VIII







(22-03-2017)

“INCLUSO LAS PEQUEÑAS COSAS NOS PUEDEN HACER SENTIR MEJOR”

Hoy intenté hacer un poco de limpieza en la cocina. Aunque estuve dos horas divididas por intervalos de quince minutos, apenas he hecho nada, y me duelen las piernas, la espalda y los brazos.
De ánimo estoy mejor, la idea de que voy a publicar mis dos libros, el de relatos y el de fibromialgia, me tiene entretenida e ilusionada. Paso el tiempo que estoy sentada con un lápiz y un cuaderno o bien con el teclado del ordenador, organizando fechas, presentaciones, hablando por teléfono para gestionarlo todo., y eso me hace feliz además de hacerme olvidar durante ese rato, las puñaladas que suelo sentir en todo mi cuerpo.
He aprendido a manipular el dolor –no me hacen ya mucho efecto los analgésicos- y cuando estoy peor o me siento atrapada  entre las garras de mi sombra, acudo a un libro y me pongo a leer, o traslado a las páginas en blanco la rabia que me produce la impotencia de mi situación, como ahora. Otras veces, simplemente cierro los ojos, focalizo mentalmente de dónde proviene el dolor, e intento visualizar como sale de mi cuerpo, no es fácil, y no siempre da resultado, pero mientras lo intentas la medicación tiene tiempo de cumplir su función.

Últimamente y de forma ocasional, tanto si tengo las manos en estado de relajación, como si no, me tiemblan. No sé a qué será debido.

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