25/06/2008
Dije
que tardaría poco y ya estoy aquí de nuevo. ¿Os pasa a todos que a
medida que van cambiando las temporadas climáticas parece que os
sentís peor?. A mi me ocurre y cada vez que pasamos de una estación
a otra, me digo que sea cual sea el clima que haga, siempre me afecta
de alguna manera. En invierno, los dolores se recrudecen porque al
dolor muscular se suma el dolor articular. En primavera, las alergias
no te abandonan.
En
verano, la fatiga crónica aumenta (es posible) y sólo tienes ganas
de estar recostada porque no tenemos fuerzas para nada. Y el otoño,
¿qué decir del otoño?, pues es una mezcla de todo lo anterior. Sí
amigos-as sí.
Pero a pesar de todo lo negativo, físicamente, que me ha
traído la enfermedad, sigo destacando que me ha proporcionado más
ganas de vivir que nunca. Soy más feliz, no por lo que me rodea,
sino conmigo misma. He conseguido a base de aprendizaje, y cuando
llega el momento en que estamos a punto de entrar en ese pozo negro
que casi todos-as conocemos ya, hallar la forma de salir.
Cierto
es que cada vez que ocurre, vuelvo a hacerme la misma pregunta, ¿será
ésta la definitiva y me hundiré del todo?. Pero entonces pienso que
si lo hago, todo aquello positivo que la fibromialgia me ha
proporcionado, sentir todo lo que siento cuando estoy con mis nietos,
escribir mi blog, mis relatos o mis cuentos, e incluso perder todas
las verdaderas amistades que he conseguido gracias a mi dolor, lo
perdería. Y poniendo en una balanza lo que tengo, incluyendo la
enfermedad, de un lado, y lo que perdería, de otro. Me quedo con lo
que tengo.
CONTINUARÁ...
(Imágenes descargadas de Internet)
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