18/04/2007
¿No
se han sentido muchas veces en la creencia de que lo que les está
ocurriendo en ese momento es lo último que podrán soportar
anímicamente?, ¿Qué después de eso sólo vendría la locura?, a
mi sí, y aún conociendo que la situación de algunas personas que
conozco es peor que la mía, no encuentro la salida. Estar viviendo
día a día una sensación de impotencia porque no ves donde está el
camino para mejorar, es extenuante.
El
añadir a todo esto la fatiga crónica que muchos padecemos es algo
ya inenarrable.
No
me extraña que algunos médicos “retrasados científicamente” se
empeñen en decir que esta enfermedad es sicosomática, cuando vamos
a verlos para que nos den un diagnóstico ya estamos rotos
anímicamente, pero naturalmente no es cierto, sí que tiene mucho
que ver con nuestra situación psicológica del momento, como toda
enfermedad crónica, el estrés que provoca es determinante para el
empeoramiento o mejoría de la enfermedad.
Me
explicaré mejor, toda persona que tenga una enfermedad crónica y
más si conlleva estados dolorosos termina soportando estrés e
incluso depresión.
Soportar
dolor en la mayor parte de tu cuerpo y saber que la única forma de
aliviarlo es atiborrarte de calmantes, relajantes musculares o
parches de morfina, es deprimente ¿no creen? A esta tensión de
soportar dolor continuamente añadamos la de empezar una vida
totalmente adecuada a la nueva situación, ya que nos encontramos con
que la mayoría de las cosas que hacíamos antes, ya nos es imposible
hacerla, añadamos la tensión del núcleo familiar ante los cambios,
y además la nueva situación económica en el caso de que el enfermo
aportara un salario. ¿De verdad creen que estas personas podrían
vivir sin entrar en un estado depresivo en la mayoría de los casos?
Podrían
decir que es así, pero que el inicio es debido al estrés y que
luego llega la enfermedad, pues no, ¿qué me dicen de los enfermos
que como yo recordamos situaciones dolorosas desde pequeños, además
de agotamiento físico incluso antes de los 10 años? ¿Es que
padecíamos estrés de pequeñitos?
No
pienso así, recuerdo una infancia feliz dentro de los márgenes de
aquella época pero sin motivos que me provocaran un cuadro de
agotamiento físico y dolor. Sólo nos queda preguntar a ciertos
“doctores” ¿de verdad se creen ustedes sus propias palabras?
CONTINUARÁ...
(Imagen descargada de Internet)
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