martes, 17 de octubre de 2017

CAPÍTULO XXV








 (30-08-2017)



“OIGAMOS NUESTRO CUERPO”


                                                                  
Algunas veces cuando no tengo más remedio que recostarme porque mi cuerpo me lo exige, intento dejar la mente en blanco y relajarme para ayudarle, pero es tanto el esfuerzo que tengo que hacer para conseguirlo debido a la intensidad de los dolores, que se convierte en estresante para mí, algo paradójico, ¿verdad?. Cuesta trabajo, mucho, pero al final lo consigo aunque me cueste algún que otro fuerte dolor de cabeza.
Si consigo quedarme adormilada, porque está claro y sabemos que dormidos del todo nunca estamos, al despertarme tengo una sensación de resaca que me obliga a pensar si hubiera sido mejor no acostarme.
Por eso a veces no sé qué hacer cuando me encuentro tan mal, si me recuesto en el sofá malo, y si lo hago en la cama peor. Así que he decidido que seguiré a mi cuerpo en lo que él mismo decida en ese momento, sin importar lo que ocurra después.

Nuestro cuerpo es sabio, nos avisa, sabe lo que debemos hacer.

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