21/12/2013
Ayer,
como otras tantas veces, tuve que ir a mi doctora de cabecera para
comentarle, de nuevo,
que sigo con molestias en la garganta y suele picarme lo que me
provoca una tos continuada, de esas tontas que dan tanto coraje y
llegas a decir: ¡Jolín con la dichosa tos!.
Bueno,
pues ella, de nuevo, volvió
a decirme que eso no es nada y que me tome una de esas pastillitas
para la tos, exactamente “Romilar”, y que solo era un síntoma más unido
a la fibromialgia.
Y
digo yo: ¿por qué no
me manda al otorrino, que ya la tosecita dura casi dos años?, pues
nada, se lo digo ¡y me dice que no hace falta!, . No es mala
doctora, muy agradable, simpática, tiene el don del consuelo (que
pocos doctores tienen), es empática, pero... le falta ser algo
más doctora y algo menos humana. Aunque también pienso ¿qué será
peor?: un buen doctor con poca humanidad, u otro que sea casi tu amigo
pero ¡que las deje pasar todas!.
Ojalá encontráramos todos el médico perfecto, con
todas las virtudes de mi doctora, y las de aquél o aquella que
también se preocupan por buscar la raíz del problema que aqueja al
paciente, por que está claro que la mayoría intenta solucionar los
síntomas, pero son pocos los que indagan de dónde vienen.
Así que una pastillita más al saco, que ya son
varias, y esperemos que mientras, no surja nada que impida seguir
aquí, con esta especie de blog- diario- cartas al director, que he
creado.
CONTINUARÁ...
(Imágenes descargadas de Internet)
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