(20-04-2017)
“LAS RELACIONES
DE PAREJA”
Las personas con fibromialgia, normalmente tenemos
problemas familiares, pero sobre todo de pareja tanto emocionales como
sexuales.
El dolor no sólo nos limita para las tareas
ordinarias, sino para muchos aspectos de nuestra vida personal, y entre ellos
los concernientes con la pareja. Es difícil y doloroso mantener relaciones
sexuales cuando te está doliendo hasta el paladar. Estos problemas nos llevan a
las primeras decepciones, después a las discusiones y en bastantes casos a la
ruptura.
Como es lógico, no estoy generalizando, siempre hay
quien tiene la suerte de convivir con alguien capaz de sentir que tener una
pareja enferma es un motivo más para demostrar paciencia, confianza y amor.
También es cierto que para nuestras parejas, debe ser difícil convivir con
nuestros cambios de humor, nuestros bajones emocionales, y un sinfín de inconvenientes.
Pero ¿no es ese uno de los acuerdos del matrimonio o la convivencia en pareja?
“En la salud y en la enfermedad…”
La enfermedad es tan invisible para tantos médicos,
que es lógico que sea invisible para nuestro compañero o compañera.
Los problemas surgen cuando se rompen los esquemas,
todas tenemos nuestros sueños desde jovencitas, y ellos igualmente, mujer y
marido en casa, compartiendo labores (eso es actualmente y no en todos los
casos), saliendo de paseo, al cine, de copas, pero cuando llega la “fiel
compañera”, todo se va al traste, sobre todo para los enfermos. A la pareja le
desconcierta lo que va sucediendo, pero es responsabilidad de ella, la decisión
que tome sobre si apoyar a su pareja enferma o no y creerla o no. Ahí es donde
empiezan los roces y los primeros contratiempos: “Hay que ver que ya no salimos
como antes”, “¿Por qué ahora tengo yo que hacer siempre la compra?”, “Ya no
eres la misma”, “Estás casi todo el día descansando”, etc...
“Ojalá
hubieras entendido que lo único que necesitaba era un abrazo”
(Desmotivaciones.es)
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